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6/21/2007

John Lasseter, enderezando Disney

Más buenas noticias en cuanto a cine.


Tras la compra de Pixar por parte de Disney, muchos especularon que en realidad lo que se quería era poner a los directivos de Pixar al frente del gigante de la animación occidental. Pues desde luego parece que han acertado.John Lasseter, fundador de Pixar y director de películas de animación tan exitosas como Toy Story, acaba de prohibir los churros directos a video y DVD. Cuando digo churros hablo de secuelas en plan El Rey León 24 o La Sirenita 51. Y es que según afirma Lasseter, semejantes despropósitos hacen que el público pierda el respeto a las grandes producciones que elaboran para la gran pantalla. Personalmente estoy de acuerdo.


¿La gota que colmó el vaso? Una película con animación hecha por ordenador llamada Campanilla. Sí, la de Peter Pan. Y pensada como la primera parte de una serie dedicada a las hadas de Disney, como también se quería hacer con las princesas. Lasseter decidió tras visionar una parte del trabajo cancelar el proyecto así como muchos otros en desarrollo, y despedir a la presidenta de DisneyToon Studios, responsable de la dirección actual.


En unos cuantos años veremos si Disney vuelve a resurgir como un coloso de la animación con la innovación por bandera o se pega un batacazo por no ir en una línea totalmente comercial. Naturalmente deseo lo primero.

Blade Runner: The Final Cut

Warner Bros ya tiene los derechos de distribución. En otoño de este año (coincidiendo con el 25 aniversario) saldrá la edición especial multidisco, incluyendo la versión original estadounidense (1982), la versión internacional (con mínimos cambios respecto a la anterior), el montaje del director (1992) y el montaje final, remasterizado y con escenas nuevas, bajo la supervisión de Ridley Scott.


Y ya ha salido un trailer en la televisión estadounidense:



Ahora podré volver a ver una nueva versión de mi película favorita, y esta vez con la calidad propia de un DVD. No como el que poseo del montaje del director que fue pasado tal cual, sin mejoras en la calidad de imagen ni de sonido.